El origen de la danza del Garabato explicada en el conversatorio ‘En línea con la tradición’ de la Universidad Autónoma del Caribe

La Universidad Autónoma del Caribe, presentó su primer conversatorio ‘En línea con la tradición’, realizado por el departamento de Arte y Cultura de la institución.

Esta iniciativa busca resaltar las tradiciones, preservarlas y conocer la historia de todas aquellas danzas representativas, desde su música hasta sus fiestas. La protagonista de esta charla fue la danza del garabato, reconocida por la comunidad como una de las danzas tradicionales y multitudinarias en donde se representa la lucha entre la vida y la muerte.

La conversación se enriqueció con las vivencias de los ponentes invitados: Luis Fernando Vengoechea, odontólogo de profesión, quien desde 1998 es el presidente del Garabato de Emiliano, danza tradicional que cuenta con 84 años de historia, Hernán Pernett, arquitecto, gestor cultural, presidente del grupo folclórico ‘Cipote Garabato’ hacedor del carnaval de Barranquilla, y Ricardo Sierra, arquitecto, licenciado en danza y teatro, director del grupo de danza Garabato de la Universidad Libre.

La experiencia artística de cada uno de los invitados, será preponderante puesto que la danza del garabato, a pesar de sus tambores, alegría y festejo en colores, todavía se debaten las versiones de su orígen. Bajo la premisa inicial que hay quienes dicen que la danza viene de los negros esclavos en las bananeras de Ciénaga Magdalena, otros les dan un toque español. ¿Como explicamos la procedencia de estas dos corrientes?

“Coinciden muchos investigadores que viene de Ciénaga, y yo me acojo a esa idea, pero la confusión es que, ese aire, esa inspiración sí se trajo de España, específicamente se asemeja a un príncipe, por la capa y el bombacho, pero el origen real fue en Ciénaga”, señaló Luis Fernando Vengoechea.

“La maestra Delia Zapata, una gran folclorista, coreógrafa, investigadora, oriunda de Cartagena, se inspiró en uno de los cabildos donde los negros guardaban sus tradiciones, creó una danza que llamaba ‘Danza de la vida y la muerte’, con tres personajes: uno blanco, uno negro y uno rojo se desenvuelve la historia. El blanco y el negro peleaban y el rojo era como un personaje intermedio entre los dos. Esta danza tenía elementos afros que fueron desplazándose en todo el territorio y sobre la costa Caribe colombiana, llegando a Barranquilla, fue la primera intención de lo que hoy conocemos como Garabato”, añadió Ricardo Sierra.

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Por su parte, Hernán interrumpió la conversación diciendo: “Todos estamos hablando como que del mismo tema y por eso debemos separar lo que es el garabato de Cartagena y el garabato del Carnaval de Barranquilla, el de nosotros vino de Ciénaga y el de los negros de Cartagena se quedó allá”.

“Pero es que yo dije que se llamaba la danza de la vida y la muerte y cuando se traslada por toda la ribera del Magdalena y llega a Ciénaga toma otra connotación y se vuelve una danza campesina, es más, en Ciénega toma el nombre de ‘garabato’ porque ese elemento que utilizan, el palo que parece un machete, ellos no conocían su nombre y le dijeron ‘el garabato’ que llegó aquí en Barranquilla hace dos siglos”, explicó Ricardo.

De esta danza de color y alegría, se conoce que se trata de una expresión folclórica negra, trasladada desde Ciénaga Magdalena entre finales del siglo 19 y comienzos del siglo 20. La danza es de la misma familia del Torito y del Congo, y que bailándola, los negros esclavos se burlaban de sus amos y de ellos mismos.

“Este tema es controversial y no se trata de pelear ni nada, pero es que como no hay nada definitivamente escrito, entramos a investigarlo mirando lo que dice uno y lo que dice el otro, mira que ya teníamos el debate si era de Ciénaga o de Cartagena. La pelea también es que sí a la danza le metieron lujos o no, porque decía mi papá que eso era de trapos comunes y después pusieron las lentejuelas, la otra discusión es que si fue de club social o si no. Tanta es la controversia de lo que se dice, que llegó un momento en que en mi familia las cuentas no daban para calcular de donde salió nuestro baile, pero resulta que llegamos a la conclusión que en el 36 decidieron plagiar una danza”, dijo Luis Fernando con la intención de seguir, fue cortado por Ricardo Sierra.

“Disculpa Luis Fernando, el año 1936 cuando el señor Pedro Vengoechea decide hacer la danza…”

“No, no fue Pedro Vengoechea fue Emiliano Vengoechea, primo hermano de mi padre quien dirigió el Torito, eso sí está totalmente claro, esa si no me la puedes ganar”, retó Luis a Ricardo Sierra.

Mientras la conversación se oxigenaba, Luis Fernando prosiguió: “Yo recuerdo cuando estaba muy pelao, que decían que había un garabato con las gafas negras y yo me preguntaba ¿Cuál negra? Sí las gafas son rojas, hoy ya me parece perfecto, porque es la identidad de cada grupo, una vez iba a bailar y mi pareja, y era la reina y ella llegó con un enterizo blanco, sin falda. Y yo digo que no hay que ser tan dogmático, los dogmáticos son ustedes los directores que ya le exigen su vestimenta uniforme a cada quien”, dijo Luis Fernando terminando su declaración y abriéndole paso a Ricardo.

“Qué bueno que lo dices, y sí, es como todo, vamos evolucionando y tomando cosas sin dejar la esencia, teniendo en cuenta que el tiempo va dando otros contextos, y mira me das la razón cuando dices eso. Esta danza del garabato toma elementos de la música como en vestuario de la danza del congo, por ejemplo, el turbante lo cambian por un sombrero, se conserva la camisa, la capa, el babero que bueno, con el perdón de los herederos de la tradición, en los escritos nunca dice que la capa es roja, verde, amarilla o azul, no dice color, por eso la gente le pone lo que quiere. Pero entonces se dice que la familia Vengoechea toma unos elementos del congo para vestirse de lujo, pero con un bombacho y medias blancas y es lo que tenemos como danza del Garabato”, afirmó Sierra.

Hernán Pernett quien se ha mantenido hasta el momento escuchando, hace su intervención explicando la vestimenta actual de la danza del garabato, que se constituyen de un sombrero blanco, adornado con cintas en los tonos de la bandera de Barranquilla, rojo, amarillo y verde acompañado de flores, una camisa manga larga amarilla, un pantalón bombacho con bolsillos de colores bordados con unos pliegues blancos, medias blancas altas, en zapatos planos negros, la capa de base roja y el babero, son adornados por cada participante según su elección personal, algunos hacen ver su pasión del fútbol y otros no.

“En las mujeres, sus vestidos negros en la parte interior, llevan volantes de los colores de la bandera de Barranquilla rojo amarillo y verde, su escote palangana en arandelas, zapatillas negras y en su cabello la cayena roja, este año la cambiamos toda roja”, dijo Pernett.

Luis Fernando suspende a Hernán argumentando: “Claro ahí están los cambios, el pecho de la modelo, hicieron los adornos curvos, que normalmente no llevan las otras muchachas. Aquí tanto mi esposa, mi hija y todas las que conozco, se colocan simplemente los volantes hacia atrás sin mayor adorno, pero bueno esa es la danza ‘Cipote Garabato’ y es respetable, no hay que decirte no lo hagas porque es su identidad”.

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Ricardo no se quedó detrás y se permitió puntualizar que: “Sobre las medias blancas, decían que los que se ponían medidas de colores eran los que se reconocen así mismos como los herederos de la tradición, pero en este caso tengo entendido que ahora los que utilizan las medias de colores son los capitanes, que cuando los grupos son muy grandes como en el ‘cipote garabato’ el organizador o líder de grupo se le identifica como el que tiene una media amarilla, una media verde, para diferenciarse del resto de los bailarines, una jerarquía dentro de la danza”.

“Los bailarines en cada movimiento, demuestran cómo la alegría vence ante sus pies la tristeza. El sofocante sol se torna escarlata en sus capas y por encima del blanco de sus caras pintadas, sus sonrisas son el reflejo simbólico de la superioridad de la felicidad”, agregó.

“En Barranquilla se bailó por primera vez esta danza en el barrio alto conocido como Rebolo”, enfatizó Hernán, respuesta con la que los tres estuvieron de acuerdo.

Las danzas, la música, los colores, la Vía 40 son recordadas con cariño por cada barranquillero, sobre todo ante la latente posibilidad de Carnaval virtual. “La virtualidad es para los mensajes y hablar un rato, no para bailar, no sé si me va a caer el mundo encima, pero ya ha habido rumores de carnaval del 2021 y no estamos en momento para fiesta, y cada vez que pasa el tiempo la cosa no está clara”, señaló Luis Fernando.

“A mi me pasó dos veces, hablando aquí por internet, me pidieron que les prestara a mis bailarines para una presentación del garabato, y yo siempre digo que como tal no puede ser virtual, no que necesitamos un grupo chiquito, cada quien está en su casa, no podemos traerlos, no que una pareja. El garabato es en cuadrillas de muchas parejas. Virtualmente no me veo en un carnaval, porque el sentir nuestro es que somos callejeros, quien lo vive es quien lo goza, ya es suficiente con la cara pintada para tener otro accesorio como un tapabocas”, finalizó Hernán Pernett, dejando entrever la intención de algunos de los directores, entre grupos y bailarines, que el folclor está en el corazón y si es menester esperar, así se hará. DHS

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